martes, noviembre 23, 2010

Cien Años del nacimiento de Jaume Vicens Vives


Se cumple el primer centenario del nacimiento de uno de los grandes historiadores españoles, el profesor Jaume Vicens Vives (1910-1960), mucho se ha dicho ya en estos últimos días sobre esta gran hombre cuyas ideas aún están plenamente vigentes. Desde Nonnullus queremos contribuir a este homenaje recordando uno de sus textos. En el prólogo de su Aproximación a la Historia de España (1962/pp16-18.) decía:

"(...) Creemos fundamentalmente que la historia es la vida, en toda su compleja diversidad. No nos sentimos', por lo tanto, atados por ninguna prevención apriorística, ni de método, ni de especulación, ni de finalidad, Despreciamos el materialismo por unilateral, el positivismo por esquemático, el ideologismo por frívolo. Intentamos captar la realidad viva del pasado y, en primer lugar, los intereses y las pasiones del hombre común".

La experiencia de estos últimos años, comprobada en la producción historiográfica española y extranjera, nos induce a reafirmarnos en nuestro postulado. Pero para abarcar la vida es preciso definir un método apropiado. Ante la de un individuo, basta conocer lo principios fundamentales del nuevo sistema biográfico: el tiempo presente (la coyuntura) abismándose en el hombre y éste reaccionando frente al espacio y el ambiente generacional,según sus posibilidades psicológicas. Pero la dificultad se acrece cuando tratamos de medir el pasado del hombre común.


La vida colectiva no puede descifrarse si no recurrimos, como primer instrumento, al método estadístico. En la historia, la estadística no es la mera acumulación de cifras; es el arte de aplicar porcentajes y constantes, promedios y coeficientes. Sirve para definir claramente el número de veces que los hombres reinciden en los mismos actos, aunque sin implicar que estos mismos hombres condenen, quizá, las cosas que realizan. Sirve para establecer las zonas de mayor afluencia de sucesos. Sirve, sobre todo, para cifrar los intereses materiales y espirituales de la Humanidad. Y esto es lo que pesa en la Historia.No me duele, pues, repetir, que "es esencial para determinar valores, riquezas y mentalidades'' y que "sin recurrir a él, a través de minuciosos análisis de precios, salarios, inclinaciones políticas y tendencias culturales, es imposible comprender nada"

Nada, bien entendido. Imaginémonos que estuiamos un período, un reinado o un país. Es de escasísima importancia que nos fijemos en un aparatoso hecho militar o político. Dos derrotas sucesivas en los campos de batalla de este siglo no han mermado el peso de Alemania, en el concierto europeo. Por definición, ningún cuerpo institucional revela el rumbo de la historia: gloriosos nombres han amparado sucesivos momentos de esplendor u decadencia.

En cuanto a la medida ideológica, se puede incurrir en gravísimo error al afirmar que cinco, diez o veinte intelectuales, sea cual sea su talla mental, representan un reinado, una sociedad o una generación. Ni veinte en el siglo XVIII, ni mil en nuestra centuria. Toda clase intelectual sólo se representa a sí misma en cuanto a producción literaria (cuando un intelectual actúa en política o toma el tranvía el caso es distinto, pues se mide en función de su nueva actitud).En consecuencia, es preciso determinar los intereses que aquél sirve en su ocupación específica, los cuales son, en primer término, de tipo humano: intereses directos, vinculados al empleo y el cargo; intereses de los clanes de que forma parte presión material y moral de quienes depende; complejos psicológicos como rutina, miedo, ambición, envidia;intereses de tipo espiritual concreto, etc. Por tanto, al tratar de establecer una historia ideológica generacional no se puede incurrir en el defecto de generalizar y decir "Tal pensaba Zutano, tal pensaban todos". La Historia de la ideas es mucho más capilar, y para abarcarla es preciso extender la investigación e ir a la consulta de archivos neutrales, o sea aquellos que reflejen ingenuamente la "pluralidad mental" de nuestros antepasados. "

La profesión en pleno se viste de gala para conmemorar este centenario y recordar a un hombre que no no fue sólo un historiador, sino un maestro de historiadores. Para acabar varios enlaces, con una entrevista a Sir John Elliot en la que elogia la labor de Vicens Vives y el documental de la serie Imprescindibles, que sobre su figura emitió la 2. ¡Qué lo disfruten!



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